sábado, 8 de diciembre de 2012

Tímido amor

Mientras el silencio envuelve mi corazón
mis sentimientos se recuestan sobre temerarios sueños
que hacen de la razón un juguete inadecuado.
 
Accidentalmente me tropecé contigo
y sin darme cuenta te enredaste entre mis ojos,
los que en tormentoso sentimiento se envolvieron.
 
Tus ojos serenos eran como luceros,
los que en silencio llenaban con su luz
todas las miradas que encantadas te miraban.
 
Tu cabello se acomodaba gentilmente
con celeste brillo sobre tus hombros
como tierna noche que reposa sobre el día.
 
Te levantaste, y al verte caminar lejos de mí
me di cuenta lo mucho que me había afectado
haberme tropezado contigo.
 
Al quedarse mis ojos sin tu angelical presencia
mi corazón comenzó a sentir,
atrapado en una duda, pensaba inquieto.
 
Era acaso aquello un engaño de la razón
la que por amor veía cosas
que tal vez quien las observaba era mi imaginación.
 
Te devolviste y al tocarte de nuevo con la mirada
todo cuanto había en mi mente se había esfumado,
al darme cuenta de la gravedad de mi problema, cerré mis ojos.
 
Mi rostro no podía negar el miedo que sentía,
mientras el pensamiento me decepcionaba,
mis emociones me gritaban:
 
Que por cada sentimiento que ante ti oculto,
hay una estrella postrada en el firmamento
que se esconde triste en el olvido.
 
Que por cada palabra que temo decir
hay un granito de arena adornando el fondo del mar
que se hecha a perder en el silencio.
 
Cómo acuñarse a tan solo un pensamiento
y dormir bajo la esperanza de cerrar mis ojos
esperando que tu figura vista mis sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario