martes, 30 de noviembre de 2010

Pedazos

Seductiva esta situación que con dulce ironía
nos envuelve en este deseable pecado
escondido en el fondo de una antigua pasión.
Mientras el deseo lujurioso del espíritu
pide con ciega violencia
tu presencia
mi corazón me condena al sentimiento equivocado
mi razón sin deseos de ceder
ante esta corrupta sensación,
el pensamiento me acosa diciendo
que lo que siento por ti
es tan solo un recuerdo del pasado.

Tengo el corazón en la mano
esperando alguna respuesta
vistiendolo con la ilusión
de que algún día tendré la afirmación
de tu confianza.

Seré dueño de tu silencio
mientras mi alma se separa
de tu traidoras esperanzas.

Esta noche solitaria envuelve en sus brazos
el recuerdo perdido
mientras este se hunde en el olvido de la memoria
mi corazón busca sin cesar
una esperanza que lo amarre a tu imagen
pero la razón ante este vano intento
le ruega que detenga la marcha
de tan inútil lucha,
el lamentable resultado de este agobio
son unas lagrimas de plástico
que empujan el dolor escondido
dentro de una mirada perdida.

El dulce aroma de tu belleza
se desliza entre mis dedos
me dejo engañar por tu pelo de seda
que como gotas del anochecer
adornan tu mirada de ámbar,
hipnotismo de un deseo
que se aferra a un sueño ligero.

De que me vale oír
mil veces un te quiero
si este no viene tan siquiera
con el respaldo de un beso sincero
que le de valor a las palabras.

Como conformarme con escuchar
te amo tantas de veces
sin sentir tan solo una vez
el placer de una caricia
que haga real al sentimiento.

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